miércoles, 3 de marzo de 2010

Regálame otra vez

Estás en un cumpleaños rodeado de familiares y amigos y el cumpleañero en cuestión se dispone a abrir los regalos que cada uno ha traído.

Resulta muy curiosa la actitud que toma el cumpleañero en función de la persona de la que está recibiendo un regalo, entre otras, porque por experiencia sabe de antemano de quien puede recibir algo que le va a gustar o bien que cosa sabe que guardará en el fondo del armario.

La cara le delata de antemano y probablemente si formas parte de los no agraciados y lo notas, la decepción se convierte en una sensación bilateral que estropea el significado del regalo en sí.

Lo mismo ocurre con los regalos promocionales o regalos de empresa. Antes de elegir que se va a ofrecer o regalar se ha de tener muy claro el target al que nos dirigimos y definir cuáles pueden ser sus preferencias en función de los hábitos o costumbres asociadas.

Si el cliente recibe con ilusión el artículo promocional mayor será su predisposición a la compra o a mostrar interés por la marca.

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