viernes, 12 de marzo de 2010

Como un soplo de aire

Cuando llega el verano, el abanico se convierte en el mejor amigo de las terrazas al sol, de las esperas al medio día y de los lugares sin aire acondicionado.

Bodas, festivales de día y fiestas populares que se celebran en la época estival suelen dar a modo de regalo promocional o como obsequio de asistencia, un abanico, ya sea en forma de pai-pai o el clásico con varillas tan bien conocido por las sevillanas.

Regalar un abanico en verano siempre resulta un acierto, ya que la probabilidad de que sea utilizado es mayor que la de cualquier otro complemento que se ofrezca cómo regalo promocional. La gente no suele ir a comprarse expresamente uno pero en cambio, si se lo regalan, lo tendrá en la mano a la vez que ondea el logo de la marca a modo de publicidad.

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